En una zona del campo a 9 km de la ciudad, el molino de agua de Sabandia, construido en 1622, fue abandonado y luego restaurado para el mayor placer de los visitantes. Hoy en día, sólo sirve para demostrar su uso tradicional, en medio de un parque de sauces llorones. Los paseos a caballo y los picnics son posibles y muy agradables, gracias a la magnífica vista del Monte Misti.